Presentado en Puerto Madero con el nombre de Gran Victoria, la nave de pasajeros será llevada por mar y tierra a San Carlos de Bariloche, para operar en el lago Nahuel Huapi a partir del invierno próximo.

El catamarán Gran Victoria, la nave de pasajeros más moderna del país en su tipo, fue presentada y bautizada esta noche en el barrio porteño de Puerto Madero, desde donde será llevada por mar y tierra a San Carlos de Bariloche, para operar en el lago Nahuel Huapi a partir del invierno próximo.

El acto se realizó en el Yacht Club de Puerto Madero, con la presencia de directivos de la empresa propietaria -Turisur-, autoridades de Turismo de Bariloche, de la Prefectura Naval, de Parques Nacionales, del sector turístico privado y de delegaciones diplomáticas extranjeras.

La embarcación, construida en el astillero Tecnao, de Tigre, llegó hoy desde ese puerto bonaerense por el Río de la Plata y partirá mañana hacia el puerto de San Antonio Este, en Río Negro, donde será desarmado en tres partes y trasladado por tierra hasta su destino final, en el otro extremo de la provincia.

5705c4b3b7c75_647_430!

 

El Gran Victoria, que demandó una inversión de tres millones de dólares, cuenta con dos plantas, de las cuales la inferior se encuentra el nivel del acceso, con un criterio de accesibilidad que descartó escalones en su construcción y con grandes ventanales, para una mejor observación del paisaje.

Su capacidad es de 250 pasajeros, pese a que su tamaño le permitiría transportar más personas, pero la intención de Turisur es que sea ágil y rápido, como para programar el recorrido entre Puerto Pañuelo (Llao Llao) y Puerto Blest en una hora, aunque podría hacerlo en 40 minutos.

Su diseño exterior genera un andar suave, por lo que los pasajeros no percibirán movimientos que a veces causan mareos u otros malestares, y un escaso desplazamiento de agua, para evitar el impacto ambiental en las costas o efectos en otras embarcaciones.

5705c4967c73d_647_430!

Tras recorrer el catamarán, los anfitriones e invitados se concentraron en el salón de actos del Yacht Club, donde habló el presidente de Turisur, Martín Olavarría, y luego se proyectó un vídeo de presentación de la nave y también sobre la reapertura del Hotel Puerto Blest, construido en 1904, ahora en la categoría «boutique», por parte de la misma empresa.

La ceremonia culminó con la bendición de la nave, a cargo del Padre Gustavo, de Bariloche, tras lo cual la dueña de Turisur, Luciana Lamota, efectuó la tradicional rotura de botella de champán contra su casco.

Entre las autoridades presentes estuvieron el presidente del Ente Mixto de Promoción Turística de Bariloche, Martín Barberis; el presidente de Parques Nacionales, Eugenio Breard; el director de Policía de Seguridad de la Navegación de la Prefectura Naval, prefecto Martín Ruiz, y el secretario Ejecutivo del instituto Nacional de Promoción Turística, Roberto Palais.

Hubo también representantes extranjeros, como el cónsul general de la Embajada de Estados Unidos, Brendan O’Brian, y Yasmin Soto y Karin Ponce, de la embajada de Chile.