No es Photoshop ni son los espejos que Erlich suele usar en sus obras. Con los 100 metros de brazo de una grúa y los cálculos ingenieriles de la constructora Roman, en realidad, se le colocó un capuchón de dos toneladas al Obelisco para que pareciera cercenado. Se trata de una estructura de hierro con revestimiento muy similar al hormigón original, que lo deja de su misma altura. «Quedará así una o dos semanas, porque queremos fomentar el arte en el espacio público, para que se convierta en un lugar donde la gente se quiera quedar», dice Patricio Di Stefano, subsecretario de Espacio Público.

La réplica de su ápice a escala real estará hasta marzo en Figueroa Alcorta 3415, con acceso gratuito, para experimentar por primera vez desde su construcción, en 1936, qué se ve desde sus ventanas, a través de filmaciones que Erlich registró en altísima calidad, que duran 20 minutos y se repiten en loop. Tan realistas, que una paloma se posa en una y otra ventana, y continúa su vuelo.

2094104h765MALBA Fundación Costantini presenta La democracia del símbolo, primera obra site-specific de Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973) en nuestro país, que toma al Obelisco porteño –ícono de la Ciudad de Buenos Aires- como eje central de un proyecto de arte público monumental.

A través de su intervención artística, Leandro Erlich –uno de los artistas argentinos con mayor proyección internacional- brinda la posibilidad de visitar su interior y descubrir su vista aérea por primera vez desde su fundación en 1936.

«Me interesa generar proyectos en los que el arte escape a las fronteras de los centros convencionales de exhibición y se imbrique en el orden de lo cotidiano”, explica Erlich. “Me interesa el arte como una herramienta de integración, de acción, de vinculación. La relación de las ciudades con los monumentos y con lo que significa visitarlos, porque no solo lo hacen los turistas; tiene que ver con la apropiación, con el orgullo, con la pertenencia. Y el Obelisco en Argentina es un monumento que nunca ha sido pensado para ser visitado«, agrega.

La democracia del símbolo es una iniciativa artística y social única, resultado de la articulación entre el artista y su estudio, MALBA, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la empresa Fate, la mayor productora de neumáticos del país.

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La punta del obelisco

La obra consta de dos partes. Por un lado, en el emplazamiento del Obelisco, el artista interviene directamente el monumento, haciendo desaparecer su ápice, que reaparece en la explanada de MALBA con una reproducción a escala real. De esta manera, el público podrá ingresar a la cúspide, con entrada libre y gratuita, y disfrutar de las cuatro vistas aéreas del monumento central en el imaginario argentino.

El Obelisco fue construido en 1936 por el arquitecto modernista Alberto Prebisch. Desde entonces es punto de reunión, celebraciones y manifestaciones populares. Ha sido también inspiración de innumerables proyectos artísticos de fotógrafos pioneros como Grete Stern y Horacio Coppola –quien registró su construcción en un film–, Marta Minujín y Leandro Katz, entre muchos otros.

Su interior allá en lo alto siempre despertó la curiosidad de todos y este proyecto brinda por primera vez la posibilidad de democratizar su acceso, transformándolo en un monumento público, abierto a todos.

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