La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró este miércoles 15 de julio una estatua en homenaje a Juana Azurduy, en reemplazo del monumento a Cristóbal Colón, reubicado en Costanera Norte tras un acuerdo con el gobierno porteño. CFK compartió el acto con su par boliviano, Evo Morales, quien llegó al país para mantener el “último encuentro bilateral” con la mandataria antes de finalizar su mandato.

La estatua de Azurduy, quedó instalada en la Plaza Colón, ubicada en el sector trasero de la Casa de Gobierno, pesa 25 toneladas, mide 9,5 metros de altura y está hecha en bronce, es obra del escultor argentino Andrés Zerner y contó con un aporte del gobierno de Evo Morales de un millón de dólares para su financiación.

La decisión de la Presidenta de retirar la figura de Colón desató hace dos años una fuerte polémica con la comunidad italiana en Argentina, quien recibió con malestar la noticia de la remoción de la histórica estatua de mármol de Carrara, que había sido obsequiada por el país europeo en 1910 como agradecimiento a la recepción de inmigrantes italianos.

La comunidad italiana presentó dos recursos de amparo y montó varias manifestaciones para reclamar que se mantenga a Colón en su lugar original.

Tras más de un año y medio de idas y vueltas, los gobiernos nacional y porteño llegaron a un acuerdo en la Legislatura, donde los bloques kirchnerista y macrista votaron a favor de la mudanza definitiva de Colón, que se ubicará en Costanera norte, frente al predio del Aeroparque Metropolitano.

Los dos presidentes salieron a la Plaza Colón -que pasó a llamarse Azurduy-, ubicada detrás de la sede gubernamental, donde descubrieron el monumento a la histórica mujer aborigen de origen boliviano que peleó contra las tropas españolas durante la independencia del virreinato del Río de la Plata.

Simbología del Monumento a Juana Azurduy

«Una mujer con una espada en la mano, un bebé en la espalda y un proyecto en la cabeza» es lo que plasmó artísticamente el escultor Andrés Zerneri en la estatua en bronce «más grande de Argentina», relató a Télam el artista.

El escultor estudió, en persona y a través de videos, la perspectiva que permitiera la mejor ubicación de la estatua y decidió que los ventanales del primer piso del Palacio de Gobierno, donde está el Salón Mujeres Argentina, era el adecuado para que la escultura estuviera presente en cada acto que allí se hiciera.

«Juana estará mirando hacia el continente americano, no le dará la espalda, es un contraste con la escultura de Colón que estaba en el lugar y que miraba al río»

Por eso «tuvimos que montar la escultura en una base de seis metros, sobre una pirámide inspirada en la cultura tiahuanaco, para que alcance la altura de 15 metros, que es la ideal para que se vea desde las ventanas del Salón Mujeres Argentinas», explicó el realizador.

La mirada de la heroína «es esencial, porque ella estará mirando hacia el continente americano, no le dará la espalda. Es un contraste con la escultura de Colón que estaba en el lugar y que miraba al río», agregó.

Juana tiene una espada en su mano izquierda, pero «no con sentido bélico, sino de liberación, de símbolo», detalló el artista; en su espalda tiene un bebé sostenido por un aguayo, tejido artesanal que las mujeres originarias usan para cargar a los niños, y 12 figuras pequeñas a su alrededor.

Esas figuras «representan a pueblos originarios que tiene que ver con la épica de ella, desde los aymaras, hasta los gauchos de Güemes y sus cinco hijos. Todas representativas de su historia», explicó.

La mano derecha de la mujer se extiende en «un gesto de protección hacia el niño y hacia el pueblo, al igual que el poncho que la cubre, que imita los pliegues de las lanas americanas».

El bronce plasma un proceso realizado por Zerneri, antes incluso de que el gobierno de Bolivia lo contratara para hacer la obra, ya que hacer una escultura de Juana estaba en sus planes dado que le resulta una figura «cada vez más admirable», reconoció.

«Ella agrega a los héroes de la independencia la perspectiva femenina, en una historia amarrada a lo masculino»
Andrés Zerneri

«Juana Azurduy es una San Martín. Ella compartió con él y con otros el proyecto de defensa de la Patria Grande. Participó en batallas fundamentales para nuestra independencia», reflexionó el artista.

Y cree, con pasión, que «lo que le agrega ella a los héroes de la independencia es la perspectiva femenina, en una historia amarrada a lo masculino. Hay un mensaje que nutre la historia independentista y que es de mejor calidad».

Juana Azurduy «tiene una condición militar superior a la de los varones porque ella espadeaba, luchaba con un bebé en la espalda, defendiendo sus ideas mas allá de sus fuerzas físicas, a la vez que cuidaba a su hijo», aseveró.